Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda

Gertrudis Gómez de Avellaneda

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Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, escritora y poetisa española del Romanticismo. Es una de las figuras clave del romanticismo hispanoamericano y una de las precursoras del feminismo moderno.

Interés de la biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda

Gertrudis Gómez de Avellaneda nació el 23 de marzo de 1814, en Cuba.

Fue la primera mujer propuesta para la Real Academia Española y rechazada por su sexo. Fue la primera escritora antiesclavista de la historia

Su padre fue  D. Manuel Gómez de Avellaneda; su madre, doña Francisca de Arteaga y Betancourt. Residían en Puerto Príncipe, hoy Camagüey.

Manuel Gómez, sevillano, comandante de Marina, estaba destinado en Cuba desde 1809. Tenía dos hijos anteriores al matrimonio con Doña Francisca.

Francisca de Arteaga pertenecía a una ilustre y acaudalada familia cubana, cuyos antepasados provenían del país vasco y de las Islas Canarias.

Gertrudis tuvo otros dos hermanos, pero sólo ella y su hermano Manuel sobrevivieron a la infancia.

Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Postal antigua de Puerto Príncipe, en Cuba. Crédito: web todocoleccion.net

Su infancia transcurrió sin contratiempos hasta los nueve años, en 1823.

En ese año murió su padre; y su madre se casó diez meses después, con el militar español de origen gallego, D. Gaspar de Escalada y López de la Peña,  con quien tuvo tres hijos.

Educación y juventud de esta gran poetisa

Gertrudis Gómez recibió una excelente educación, pues pertenecía a la clase social más elevada de Cuba.

Desde muy temprana edad se aficionó a la lectura de novelas, poesías y obras de teatro.

Disfrutaba especialmente leyendo obras románticas de Lord Byron, Victor Hugo, Lamartine, Chateaubriand, Madame de Staël y George Sand. Esto la animó a escribir cuentos y poesías.

En 1830, tenía apenas 15 años cuando rechazó el matrimonio concertado por su abuelo materno, con un rico pariente lejano.

El abuelo no aceptó de buena gana la negativa. Y Gertrudis se quedó sin la herencia del abuelo.

Poco después, por razones de salud, la enviaron a Santiago de Cuba.

Gertrudis se trasladó a España en 1836

En 1836, su padrastro decidió vender todas  las propiedades en Cuba y establecerse en España. Desde Cuba viajaron a Francia, hasta Burdeos.

Durante los dos meses de viaje, Gertrudis compuso uno de sus más conocidos poemas. Fue el soneto “Al partir”, una composición antológica, marcada por el desgarramiento existencial.

¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!… La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo
las velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.
¡Adiós, patria feliz, edén querido!

¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!
¡Adiós!… Ya cruje la turgente vela…
el ancla se alza… el buque, estremecido,
las olas corta y silencioso vuela.

Permanecieron 18 días en Burdeos, antes de ir a establecerse en La Coruña.

Gertrudis ya tenía 22 años y encontró que el ambiente de la sociedad gallega era demasiado “conservador” en su opinión.

Edificio del Ayuntamiento de La Coruña. Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Edificio del Ayuntamiento de La Coruña, Plaza de María Pita. Crédito: web tripadvisor.es

Gertrudis Gómez vivió durante dos años en La Coruña, ciudad en la que residían los familiares de su padrastro.

En esos años, escribió sus primeras seis composiciones poéticas y mantuvo una relación amorosa con Mariano Ricafort, hijo del capitán general de Galicia.

El noviazgo se rompió porque el joven Ricafort no consideró adecuado que su novia se dedicara a escribir poesías.

Gertrudis Gómez fijó su residencia en Andalucía

En un viaje que hizo a Andalucía acompañada de su hermano Manuel, Gertrudis visitó las principales ciudades de la región.

Encontró en Andalucía un ambiente más acorde con su modo de entender la vida.

De modo que en 1839, Gertrudis Gómez de Avellaneda fijó su residencia en Sevilla. Fue por poco tiempo, pues muy pronto se trasladó a Cádiz.

El animado ambiente cultural de Cádiz estimuló la actividad creadora de Gertrudis y decidió dar a conocer sus primeros trabajos literarios.

Ahí en Cádiz conoció y entabló amistad con el periodista y crítico literario, Manuel Cañete, quien en ese tiempo era director y editor del periódico “La Aureola”.

Gertrudis Gómez empezó a publicar poemas en Sevilla

Manuel le puso a Gertrudis el sobrenombre de “La Peregrina”; y, con ese seudónimo, Gertrudis Gómez de Avellaneda publicó algunos poemas en el periódico local, y también en el periódico “El Cisne” de Sevilla .

Retrato en 1891, de Manuel Cañete. Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Retrato en 1891, de Manuel Cañete, escritor y académico de la Real Academia de la Historia. Crédito: web dbe.rah.es

Aquel año, de 1839, Gertrudis conoció a Ignacio Cepeda, joven estudiante de Leyes, con el que vivió una atormentada relación amorosa; nunca correspondida, pero que le dejó a Gertrudis una huella indeleble durante toda su vida.

La vida de Gertrudis Gómez en los años 1840 a 1849

La década de los años 1840 a 1849, fue cuando Gertrudis Gómez desplegó sus magníficas cualidades literarias. Al mismo tiempo fue para ella una época con desgarradoras relaciones sentimentales.

En el verano de 1840 estrenó en Sevilla su primer drama titulado “Leoncia”, que tuvo una excelente acogida, por su originalidad.

A fines de 1840 se marchó a Madrid, donde se instaló​ e hizo amistad con literatos y escritores de la época. Llegó a ser excepcionalmente famosa y elogiada con gran admiración.

Al año siguiente, 1841 publicó con gran éxito en la capital de España, su primera colección de versos titulada “Poesías”, que contenía el soneto “Al partir” y un poema en versos de arte menor, titulado  “A la poesía”.​

Su poesía se ha comparado con la de Elizabeth Barrett Browning por su análisis de los estados emocionales derivados de la experiencia amorosa.

Gertrudis Gómez también empezó a escribir novelas

También en ese año 1841 publicó su primera novela, que tituló “Sab”. La novela trató la temática antiesclavista y la de amores no correspondidos.

En 1842 publicó la novela “Dos mujeres”, en la que defendió el divorcio como solución a una unión no deseada.

Su abierto feminismo le valió la crítica furibunda de diversos sectores de la sociedad madrileña.

En estos años, Gertrudis consolidó su prestigio literario. Participó en veladas literarias y se relacionó con los grandes escritores e intelectuales españoles de la época. Muchos de ellos se convirtieron en sus protectores y amigos.

Su tercera novela, fue publicada en 1843 con el título de “Espatolino”. En ella denunció la terrible situación en que se encontraba el sistema penitenciario de entonces.

Gertrudis Gómez incursionó en obras de teatro

Las obras de teatro de Gertrudis Gómez ocuparon un lugar importante en la escena española del periodo 1845-1855.

 En 1844, se estrenó su primera obra de teatro: “Alfonso Munio”. El argumento  está  ambientado en la corte de Alfonso VII de León y Berenguela de Barcelona.

El  triunfo fue apoteósico y la fama de Gertrudis Gómez subió a niveles inesperados.

En 1845 obtuvo los dos primeros premios de un certamen poético organizado por el “Liceo Artístico y Literario de Madrid”.

A partir de entonces, Gertrudis estuvo entre los escritores de mayor renombre de España. Se convirtió en una de las mujeres más importantes de la capital.

Desengaños amorosos de Gertrudis Gómez

En medio de este triunfo, se enamoró perdidamente del poeta Gabriel García Tassara.

Éste deseaba conquistarla, pero nunca quiso casarse con ella, pues la consideraba arrogante y demasiado coqueta.

A pesar de todo, Gertrudis se rindió a su amor, con desastrosas consecuencias para ella.

Quedó embarazada. Era soltera y vivía en el Madrid de mediados del siglo XIX.

En su amarga soledad y pesimismo, viendo lo que se le venía encima, escribió Adiós a la lira, que era una despedida de la poesía. Estaba convencida de que había llegado su final como escritora.

Su hija María nació con pésimas condiciones de salud y sin que los médicos pudieran darle esperanzas de vida. Murió a los siete meses; el tal García Tassara no quiso ni escuchar las súplicas de Gertrudis para que acudiera a conocer a la hija de ambos.

Gertrudis Gómez encontró al fin el amor de un esposo

El 10 de mayo de 1846, Gertrudis se casó con don Pedro Sabater, gobernador civil de Madrid, que fue su primer esposo.

Don Pedro era un hombre con aficiones literarias y y algo más joven que ella. Pedro Sabater le ofreció su amor y protección en el momento en que ella más necesitaba de ternura y comprensión.

Sin embargo, Pedro Sabater padecía una grave enfermedad. En busca de una cura a su dolencia, los recién casados viajaron a París.

De regreso a Madrid, cuando pasaban por Burdeos, Pedro Sabater murió en brazos de su esposa, el 1º de agosto de 1846.

Gertrudis, totalmente desesperada se recluyó en un centro espiritual perteneciente a la congregación de la “Sagrada Familia de Burdeos”.

A raíz de la muerte de Pedro Sabater, la poesía de Gertrudis fue tratando cada vez más asuntos religiosos.

Procuraba dar respuesta a uno de los temas constantes de su trayectoria literaria: el vacío espiritual, y el anhelo insatisfecho. Como ejemplo, estos versos:
“Yo como vos para admirar nacida, / yo como vos para el amor creada, / por admirar y amar diera mi vida, / para admirar y amar no encuentro nada”.

Como homenaje al que fue su primer esposo, Don Pedro Savater, Gertrudis Gómez de Avellaneda compuso dos elegías que se cuentan entre lo más destacado de su obra poética.

Estas elegías y los dos poemas titulados “A él” expresaron magistralmente sus sentimientos personales en esas tristes circunstancias.

​Pero la infatigable escritora siguió adelante. Esos años de soledad afectiva, fueron para ella años de grandes  éxitos literarios. La cantidad de poesías, novelas y obras de teatro publicadas por Gertrudis es impresionante.

En 1847, publicó una novela indianista, Guatimocín. La trama de la novela se sitúa en el México de la etapa de la conquista. Gertrudis demostró mucha erudición histórica.

Dos años más tardes, en 1849, hizo una valiosa incursión en el mundo del teatro, con una obra denominada Saúl (1849). Es un drama bíblico, que representa la rebeldía.

Vida de Gertrudis García Avellaneda a partir de 1850

Entre 1849 y 1853 estrenó siete obras dramáticas. Muchos de los principales referentes de ese tiempo, consideraron a Gertrudis Gómez  una de las más grandes poetisas de lengua castellana.

En el año 1853, postuló para ocupar un sitio en la Real Academia Española.

Pero, los ilustres académicos españoles de mediados del siglo XIX, no estaban preparados para tanta “innovación”. Incluso Marcelino Menéndez y Pelayo rechazó la candidatura de Gertrudis, alegando que era «mujer».

España tuvo que esperar más de un siglo, hasta 1979, para que una mujer, Carmen Conde, pudiera ocupar un sillón en la RAE, como académica.

Real Academia Española. Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Inauguración del nuevo edificio de la Real Academia Española, en 1894. Crédito: autor Juan Comba. Web es.wikipedia.org

Gertrudis Gómez se casó nuevamente el 26 de abril 1856 con un político influyente, el coronel y diputado a Cortes Domingo Verdugo y Massieu.

Entre la vasta obra de Gertrudis Gómez destaca su novela Baltasar (1858), considerada una de las obras maestras del teatro romántico.

Esta obra dramática escenifica el hastío vital y la melancolía, el mal del siglo. Estos sentimientos volverán a ser expresados en la segunda mitad del siglo, por los poetas simbolistas franceses y por los modernistas hispánicos.

En 1858, a raíz del fracaso en el estreno de su comedia “Los tres amores” (alguien arrojó un gato al escenario), su esposo achacó a un tal Antonio Riber la autoría del incidente.

Por tal motivo ambos se enfrentaron en la calle; y Antonio Riber hirió de gravedad a Domingo Verdugo y Massieu.

Gertrudis Gómez viajó por fin a Cuba

El matrimonio viajó a Cuba en 1859, con la esperanza de que el clima del Caribe sanara las heridas del coronel.

En Cuba, tras 23 años de ausencia, Gertrudis Gómez de Avellaneda fue recibida con entusiasmo y agasajada por sus compatriotas. En una fiesta en el Liceo de la Habana fue proclamada poetisa nacional.

Durante seis meses, en 1860, dirigió una revista  titulada “Álbum cubano de lo bueno y lo bello”.

Escribió una serie de artículos en los que planteaba la igualdad intelectual entre mujeres y hombres.
Incluso afirmaba la superioridad intelectual de las mujeres.
No se le había pasado el disgusto que le dieron los miembros de la RAE siete años antes.

Últimos años en la vida de Gertrudis Gómez

A finales de 1863 murió su esposo. Al año siguiente, Gertrudis viajó a Nueva York, Londres, París y Sevilla.

Finalmente, después de pasar dos años en Sevilla, decidió reinstalarse definitivamente en Madrid.

A sus 50 años había tenido dos amantes (Ignacio Cepeda y Gabriel García) y dos esposos (Pedro Sabater y Domingo Verdugo).

En Madrid, se dedicó casi exclusivamente, a corregir sus obras y a preparar la edición completa de las mismas.

Gertrudis Gómez Avellaneda murió a los 58 años de edad, el 1º de febrero de 1873, en Madrid. Sus restos reposan en el cementerio de San Fernando de Sevilla junto a los de Domingo Verdugo  y de su hermano Manuel García Avellaneda.

Cuando en el año 2009, las autoridades cubanas pidieron el traslado a Cuba de los restos mortales de Gertrudis Gómez de Avellaneda, la repulsa en Sevilla y en Canarias fue rotunda y definitiva.

A continuación, un extracto de la Junta de Cronistas de Canarias.
En la Asamblea General Ordinaria de la JUNTA DE CRONISTAS OFICIALES DE CANARIAS, celebrada en Las Palmas de Gran Canaria el 14 de marzo de 2009, se acordó por unanimidad la propuesta de MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE LOS LLANOS DE ARIDANE (La Palma), de adherirse a la Asociación “La Avellaneda” de Sevilla y mostrar su rotunda repulsa ante la pretensión de traslado de los restos mortales de la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda desde Sevilla a Cuba.

Se debe respetar el testamento otorgado por Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda y Arteaga (Tomo 30977 ff 1685 del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid). En este testamento la poeta dispone que debe ser enterrada en el cementerio de San Fernando de Sevilla y que los restos de su esposo, el canario Domingo Verdugo y Massieu, debían reposar junto a ella y ser trasladados desde Cuba a Sevilla, y así se hizo”.

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