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Biografía de Genoveva Torres, religiosa española solidaria con las personas mayores necesitadas de compañía en su soledad. Fundó un Instituto Religioso para acudir en ayuda de estas mujeres.
Interés de la biografía de Genoveva Torres
Genoveva Torres Morales nació el 3 de enero de 1870 en Almenara, Castellón.

Fue la menor de los seis hijos de José Torres y Vicenta Morales.
El padre de Genoveva falleció cuando la niña tenía un año. En 1878 falleció su madre cuando ella tenía ocho años. También habían fallecido ya cuatro de sus cinco hermanos.
Por lo cual, Genoveva se vio obligada a dejar sus estudios y asumir el cargo de ama de casa, atendiendo además a su hermano José.
Su instrucción se vio restringida a leer algo en los libros piadosos que le había dejado su madre.
Genoveva Torres sufrió gravísimos problemas físicos
En 1883, cuando tenía apenas trece años el cúmulo de trabajos y de privaciones fue minando la salud de Genoveva Torres.
Cuando cayó enferma, no se le dio importancia a su gravedad, hasta que apareció un tumor, que el médico diagnosticó de maligno.
El dolor era tan irresistible que en ocasiones perdía el conocimiento. Pasaron ocho meses de sufrimientos que la niña soportaba con valentía. La pierna se cubrió de llagas y se habló de amputarla.

Su hermano José y una tía aceptaron la amputación de la pierna a la altura del muslo, ya que era la única manera de salvarle la vida.
Genoveva Torres sobrevivió y se convirtió en una mujer fuerte, valiente y animosa. Pero, desde entonces tuvo que andar siempre con dos muletas.
Cuando apenas tenía quince años, Genoveva Torres ya era una mujer seria y responsable. Fuera de su casa y de la atención a su hermano José, nada contaba para ella.
En 1885, la frágil salud de Genoveva Torres volvió a pasarle una muy mala jugada. El cuerpo se le llenó de llagas y no podía hacer el más mínimo movimiento.
Una vez más tuvo que guardar cama. Su hermano José contrajo matrimonio y la cuñada no tuvo con Genoveva un trato adecuado.
A su tiempo le nació una niña y la esposa falleció a los pocos días a causa del parto. También la niña falleció al poco tiempo. Volvían a estar solos Genoveva y José.
Éste se volvió a casar; y con la experiencia sufrida en el primer matrimonio en relación de la esposa con Genoveva, pensó que lo mejor para Genoveva era ingresar en la “Casa de la Misericordia”, regentada por las Carmelitas de la Caridad en la ciudad de Valencia.

En esa institución, Genoveva Torres residió nueve años, desde los 16 a los 25 años, durante los cuales pudo recuperar la salud, disfrutar del cariño de las religiosas y completar su hasta entonces escasa cultura.
Ingreso de Genoveva Torres en religión
Genoveva, aconsejada por el P. Carlos Ferrís, sacerdote jesuita y más tarde fundador de la “Leprosería de Fontilles”, solicitó el ingreso como religiosa en la Congregación de las Carmelitas de Vedruna, en 1894.
A pesar del aprecio que sentían por ella, las carmelitas consideraron que la incapacidad de Genoveva Torres era un obstáculo para ser admitida.
Genoveva Torres ya tenía 25 años y nunca más intentó pedir el ingreso en ninguna otra congregación.
Genoveva Torres vivió los 17 años siguientes con tres amigas
A la salida de Genoveva Torres de la “Casa de Misericordia”, el 31 de julio de 1895 por decisión personal, se unió a dos señoras: Desamparados Ribes e Isabel Fuster. Además con una hija de ésta llamada María Perales Fuster.
Las tres se ayudaban mutuamente con trabajos de costura y alimentando su espíritu con actos de piedad, sobre todo con la adoración a Jesús en la Eucaristía, primer impulso que infundió el Espíritu Santo en Genoveva.
La joven Genoveva Torres intuyó también un acuciante problema que aquejaba a las mujeres ancianas de ese tiempo: la soledad.

Durante esos 16 años, las tres amigas pudieron constatar la situación dolorosa, difícil y delicada de señoras de edad avanzada que se quedaban sin hogar y sin afecto después del fallecimiento de sus esposos, o de sus padres en el caso de las que estaban solteras.
Un canónigo de Valencia, don José Barbarrós, también estaba preocupado por algunas señoras y señoritas que por diversas circunstancias quedaban solas y abandonadas, económica y afectivamente.
Genoveva Torres y sus dos compañeras pensaron dedicar sus vidas al servicio de estas personas. Pidieron consejos a quien era el padre espiritual de las tres: el jesuita Martín Sánchez.
El objetivo que se propusieron fue ofrecer un nuevo hogar a mujeres solas. Les ofrecerían cálida acogida, alimentación, cuidado y afecto.
A cambio, solamente deberían aportar módica pensión según sus posibilidades.
Pero Genoveva no olvidó su antiguo anhelo, por lo que el carisma a desarrollar iría unido a la adoración nocturna de la Eucaristía.
Fundación de la “Sociedad Angélica del Sagrado Corazón”
En 1911, Genoveva Torres y sus dos compañeras, Isabel y Amparo, fundaron la “Sociedad Angélica del Sagrado Corazón”.
Objetivo: dar sentido a sus vidas, estimular su práctica religiosa y ayudar a las mujeres solitarias.
El 2 de febrero de 1911, inauguraron la primera casa en Valencia, con cuatro residentes. Genoveva Torres fue elegida para que fuera “Directora”.
Paulatinamente empezaron a llegar colaboradoras voluntarias y jóvenes que se sentían con vocación religiosa.
A partir de diciembre de 1912, las integrantes de la “Sociedad Angélica del Sagrado Corazón” vistieron con hábitos característicos de religiosas.
Con el aumento de vocaciones y de peticiones de ayuda, las fundaciones de casas o residencias se extendieron rápidamente por España.
En 1915, cuatro años después de la fundación, las socias decidieron consagrarse a Dios a estilo de votos privados.
En los años anteriores y con el consejo de sus padres espirituales, habían elaborado unos “Estatutos” que regirían sus vidas como mujeres que pertenecían a un instituto religioso.
La “Sociedad Angélica” entre los años 1925 y 1941
El 5 de diciembre de 1925 se promulgó el Decreto por el que la “Sociedad Angélica” se convirtió en instituto religioso diocesano de Zaragoza.
Poco antes de Navidad, el 18 de diciembre de 1925 el Arzobispo de Zaragoza recibió la profesión religiosa de Genoveva Torres y de sus 18 compañeras.
Así empezó esta congregación religiosa que tanto bien hace desde entonces. Genoveva Torres fue nombrada Madre General de la Sociedad Angélica.
En 1931, la madre Genoveva Torres ya tenía 61 años y fue nombrada maestra y guía espiritual de la “Sociedad Angélica”, que ya había comenzado a expandirse por toda España.
Cuando en 1936 estalló la guerra civil española, en la Casa de Valencia pudieron dar protección a otras personas, no sólo a miembros de congregaciones religiosas, sino también a grupos de seglares, pudiendo incluso tener el Santísimo Sacramento.
Todo fue una Providencia, ya que estaban custodiadas por los milicianos que habían confiscado la Casa.
Sin embargo, la Congregación perdió varias casas en todo el país a causa de la persecución religiosa que era ciega y que atacaba sin parar en consideraciones razonables.
Después de 1939, Genoveva Torres volcó todas sus energías en animar a sus religiosas y en conseguir que volvieran a funcionar las seis Casas de la “Sociedad Angélica”.

A pesar de su cojera, la Madre Genoveva viajó por las principales ciudades españolas fundando o refundando residencias en Zaragoza, Madrid, Barcelona, Bilbao, Santander y Pamplona.
Animaba a sus hijas a amar mucho a Dios y a conseguir el objetivo de que las señoras acogidas por la “Sociedad Angélica” se sintieran siempre como en su propia casa.
Finalmente, en 1941, se instaló en Zaragoza la Casa General y el Noviciado, en una hospedería ubicada a los pies de la Virgen del Pilar.
La vida de Genoveva Torres a partir de 1950
A pesar de su avanzada edad, 80 años, la actividad de la Madre Genoveva Torres no cesaba. Su actitud de servicio a los demás no envejecía.
Decía que si Cristo se había hecho servidor de los hombres, ella debía tener siempre una actitud de servicio, no sólo hacia las mujeres solas, sino también hacia las Religiosas Angélicas de las que era Madre General.
A partir de 1950, Genoveva Torres empezó a perder facultades físicas y se percibió una pérdida de fuerzas en su actividad.
El 25 de marzo de 1953, las religiosas de la Sociedad Angélica tuvieron la inmensa alegría de recibir desde Roma un decreto del Santo Padre, que las reconocía como “obra de carácter pontificio universal”.
Desde ese día la sociedad pasó a llamarse “Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles”, como nombre oficial, aunque se las conoce más por Religiosas Angélicas.
En el cuarto Capítulo General de 1954, Dios retiraba de sus manos lo que un día le había confiado.
Al igual que supo gastar su energía para poner en marcha y extender el Instituto Religioso, ahora supo convertirse en religiosa respetuosa y obediente a la Madre General.
Muerte de Genoveva Torres en Zaragoza
Durante el año 1955, Genoveva Torres se había ido debilitando notablemente.
A principios de diciembre de 1955, su estado de salud se agravó y el día 30 de diciembre sufrió un ataque cerebro vascular.
Del 3 al 4 de enero de 1956, cuando cumplía 86 años, su estado empeoró. A las nueve de la mañana del día 5 de enero, la Madre Genoveva Torres entró en estado de coma.
Falleció en la tarde del 5 de Enero de 1956, a las 18:50 horas, en la Casa Generalicia de Zaragoza.
Reconocimientos otorgados a Genoveva Torres
El pueblo de Zaragoza comenzó a invocarla con el título de “Ángel de la Soledad”.
La noticia corrió por la ciudad y se formaron largas filas ante su cuerpo expuesto para rezar y encomendarse a la Madre Genoveva. La consideraban como una verdadera santa.
Los restos mortales de Genoveva Torres fueron depositados en el cementerio de la ciudad, y más tarde en una cripta que se construyó bajo el altar mayor de la Casa Generalicia.

En diciembre de 1994, los restos de la Madre Genoveva fueron trasladados a la nueva capilla donde reposan bajo su altar y que puede ser visitada por cuantas personas lo deseen.
Las autoridades de la Iglesia católica le otorgaron los máximos reconocimientos por su vida plena del amor a Cristo y a sus semejantes, después de examinar y declarar como milagros dos curaciones ocurridas en Madrid y Zamora respectivamente.
- Fue beatificada en Roma, por el Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla) el 29 de enero de 1995
- También el Papa Juan Pablo II la canonizó el 4 de mayo del 2003, en la Plaza de Colón de Madrid.
Grupo de religiosa angélicas en la Casa Generalicia, en Zaragoza. Crédito: web adveniathispania
El instituto de religiosas fundado por santa Genoveva Torres mantiene Residencias en 11 ciudades españolas y en otros 4 países: Italia, México, Venezuela y Colombia.
El objetivo que anima a las Religiosas Angélicas de estas residencias, sigue siendo el mismo que tuvo Genoveva Torres: «ser consuelo en la soledad».
En esta Residencia se acoge y cuida, corporal y espiritualmente, a señoras que, tal vez por los avatares de la vida, están sumidas en la soledad, con el fin de infundir en sus vidas consuelo, ternura y misericordia que les ayuden a afrontar con alegría la última etapa de sus vidas.
Repetía santa Genoveva: “Seamos para estas señoras sus Ángeles de la Guarda” y “A más necesidad, más amor”.
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